Combarro
En el municipio de Poio, asomado sobre la ría de Pontevedra, se encuentra el precioso pueblo costero de Combarro, declarado bien de interés cultural como Conjunto Histórico y como Sitio Histórico. Un tradicional pueblo de pescadores, donde el tiempo parece haberse detenido; uno de los más bellos y con más encanto de la costa gallega.
Combarro es conocida por sus hórreos, muchos de los cuales se encuentran a lo largo de la costa.
Los hórreos, antiguos almacenes de grano, elevados y apoyados sobre pilares de piedra, se encuentran en toda Galicia, pero Combarro se destaca tanto por el gran número de ellos: más de 60 con unos 30 alineados a lo largo del paseo marítimo.
Detrás de éstos se encuentran las sencillas cabañas de pescadores, con sus balcones de piedra rebosantes de flores durante el verano.
Otros elementos típicos que se pueden descubrir en esta localidad gallega son los «cruceiros«. Tienen un profundo simbolismo ya que, según la leyenda, protegían a los pobladores de «La Santa Compaña«, la procesión de ánimas que se presentaban en las noches oscuras de Galicia, para anunciar una próxima defunción. Seis de estos cruceiros están distribuidos por toda Combarro y fueron realizados a partir de 1727.
El casco antiguo de Combarro tiene un encanto único y especial. Es como entrar en un mágico y genuino pueblo de arquitectura popular gallega. Está compuesto por dos calles principales y muchas callejuelas, algunas de las cuales acaban en el mar.
Desde allí se puede caminar hasta Praza da Chousa y detenerse en alguno de sus bares que miran al mar, ver los hórreos en el Muelle da Rúa o comprarse una sonriente meiga gallega (bruja) sobre su escoba, o una crema de orujo.
A sólo un par de kilómetros de Combarro se encuentra el Monasterio de Poio, del siglo XVII, formado por un antiguo convento benedictino, con su iglesia de fachada barroca y dos claustros – del cruceiro y de las procesiones – y un moderno convento mercedario. También se puede apreciar un mosaico que representa el Camino de Santiago de Compostela. Al lado del monasterio se puede ver el mayor hórreo en toda Galicia.
Combarro es un pequeño y sencillo pueblo pero su encanto y singularidad bien merecen una visita.
El turismo ha transformado este tranquilo pueblo de pescadores; algunas de sus casas antiguas han sido convertidas en bares o restaurantes. Allí, al lado de un centenario hórreo, se puede disfrutar de una comida a base del marisco más fresco que se pueda imaginar. Sin lugar a dudas, su sabor será mucho mejor en estas terrazas con vistas al mar, acompañados con una copa de fresco albariño.